Pues sí, que queréis que os diga, dulce es la venganza, y sabe aun mejor si es por penaltis, que aun la victoria puede parecer más injusta, pero esta vez la balanza ha caído de nuestro lado y les toca a ellos saborear el amargor de la derrota. Va por ti, Luis Enrique, tu tabique y nuestro orgullo rotos han sido vengados por fin, gracias a San Iker Casillas , porque de esta lo hacen santo por lo menos... Podemos!
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